Moldeo por inyección
El moldeo por inyección es un proceso destacado en la producción de componentes de plástico. Es un proceso rápido que permite crear una amplia gama de artículos idénticos, desde componentes de ingeniería de alta precisión hasta bienes de consumo desechables. La mayoría de los termoplásticos, como el acrilonitrilo-butadieno-estireno (ABS), el nailon (PA), el policarbonato (PC), el polipropileno (PP) y el poliestireno de uso general (GPPS), pueden procesarse mediante moldeo por inyección. Este método representa una proporción considerable de todos los productos de plástico, desde micromoldes hasta grandes componentes como parachoques y cubos de basura, y se utiliza en una amplia gama de mercados y segmentos.
El moldeo por inyección ofrece una notable flexibilidad de diseño y ha ampliado constantemente los límites de los diseños de plástico, permitiendo una sustitución significativa de otros materiales como el metal mediante el aligeramiento y una mayor libertad de diseño. El proceso consiste en introducir el material en una máquina de moldeo por inyección a través de una tolva, que luego calienta el polímero y lo introduce en un molde de temperatura controlada a través de un sistema de compuertas y canales. El proceso es coherente y muy repetible cuando las herramientas y las máquinas se seleccionan adecuadamente. Debido a los elevados costes asociados a la fabricación de herramientas, el moldeo por inyección es el más adecuado para la producción de grandes volúmenes.
Existen diversas variantes del moldeo por inyección, como el moldeo multidisparo (o moldeo 2K) para inyectar diferentes materiales en el mismo molde, el moldeo por inserción para incorporar componentes metálicos, el moldeo de espuma estructural para reducir la densidad del material y el moldeo asistido para incorporar gas o agua para reducir el grosor de las paredes.